¿Como nos afecta la edad a la hora de conducir?
Cuando se llega a una edad avanzada, las capacidades para conducir disminuyen. Si aun así te ves con fuerzas para seguir al mando de un vehículo, hay que tomar precauciones y utilizar estos consejos para hacerlo con seguridad.
Si sos uno de esos adultos mayores que se pone al volante te contamos que precauciones hay que tomar por tu seguridad y por la de los demás.
Por muy bien que nos conservemos, el paso del tiempo es inclemente y, poco a poco, limita nuestras facultades físicas y mentales. Ante esta realidad a la que todos nos resistimos, debemos ser conscientes de nuestras limitaciones a la hora de desempeñar ciertas actividades y, si es necesario, dejar de llevarlas a cabo. Una de ellas es, por mucho que duela, la de conducir.
Cada vez vivimos más y nuestra salud es más longeva, pero aun así el proceso de envejecimiento deteriora irremediablemente nuestra movilidad, sentidos o capacidad de pensar. Cuando un mayor se enfrenta a la vía pública, la merma de sus habilidades al volante se traduce en una menor agudeza visual para ver las señales, disminución de los reflejos cuando hay que realizar una maniobra rápidamente, fallos a la hora de calcular la distancia de parada del vehículo o dificultades para estacionar.
A todo esto, se suma la aparición de achaques o enfermedades crónicas propias de edades avanzadas, que además requieren una medicación que puede conllevar efectos secundarios adversos para la conducción. La hipertensión, las enfermedades reumáticas, las cataratas, la diabetes o los problemas cardiovasculares son algunas de las patologías frecuentes en este grupo de población, cuyo tratamiento o síntomas pueden perjudicar sus habilidades para manejar un vehículo.
4 COSAS A TENER EN CUENTA SOBRE LOS ADULTOS MAYORES AL VOLANTE
Si tu abuelo o tu papá todavía manejan y ya se encuentran en una edad avanzada, hay algunas cosas que se deben tener en cuenta para garantizar su seguridad y evitar siniestros.
Las personas mayores que siguen manejando continúan realizando sus tareas con normalidad, pero debemos ser conscientes de que no es lo mismo manejar a los 30 o 40, que a los 65 o más. Entonces, ¿qué se debe tener en cuenta cuando hay un adulto mayor en la familia que continúa conduciendo?
1. La concentración se ha reducido:
La concentración no es la misma que cuando tenía 20 años, por lo que a veces puede que le cueste ubicarse en ciertas rutas o realizar ciertos movimientos.
2. El tiempo de reacción aumenta:
Es recomendable que reduzca la velocidad, ya que, ante cualquier inconveniente, le tomará un mayor tiempo reaccionar.
3. Problemas en la vista o el oído:
Los sentidos no funcionan tan bien como antes, por lo que es necesario saber si tiene algún problema para proveerle de los accesorios necesarios. Lo recomendable es realizar exámenes médicos con mayor frecuencia.
4. Menor resistencia a situaciones de estrés:
El conducir más lento, demorarse al estacionar o al tomar algunas rutas puede producir enojo en los otros conductores, que estos empiecen a tocar la bocina, entre otras cosas que pueden terminar alterando al conductor. Es importante tomar esto en cuenta, ya que, si la conducción resulta demasiado estresante y le produce sensaciones desagradables, probablemente sería mejor dejar de hacerlo.
Es importante que el adulto mayor cuente con un seguro adecuado que incluya asistencias en la vía, en caso de cualquier inconveniente, así como viajar siempre con un acompañante que ante cualquier situación pueda reemplazarlo en la conducción, entre otras facilidades ideales.
Un tema muy importante es el de los medicamentos y sus posibles efectos en la conducción. Es algo que debemos tener muy presente y ser muy cuidadosos con ello.
Si toma un medicamento que puede afectar la capacidad al volante, no se tendrá más remedio que dejar el coche guardado. La solución de no tomar el medicamento para poder hacerlo tampoco es válida ya que se pondrá la salud en juego además de la seguridad vial.
Y por supuesto, si hay algún tipo de duda lo mejor es dirigirse al médico de cabecera que nos asesorará sobre aquellas dudas que tengamos.
Estos conductores “mayores”, que representan cerca del diez por ciento del total de conductores, que, si bien pueden desplazarse todavía sin ningún problema, deben únicamente tener la precaución de estar atentos a los síntomas que, con el paso de los años, poco a poco van haciendo mella en su cuerpo. Debemos reconocer que por muy bien que nos sintamos, no nos encontraremos en las mismas condiciones físicas que alguien con 25 años, pero que manteniendo una conducta responsable podremos seguir manejándonos con independencia.